28 maggio 2002
Chaves
pide que se incluya la cooperación en el plan de inmigración que debatirá la UE
en Sevilla
El Gobierno aboga por abrir el mercado comunitario a los
países mediterráneos
La libre circulación de mercancías y capitales ha encontrado
menos trabas a la hora de regularse que la de personas. El presidente andaluz,
Manuel Chaves, hizo ayer hincapié en esta paradoja durante la inauguración de
un encuentro internacional sobre el Diálogo entre culturas, que se celebra en
la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, en Sevilla. Chaves defendió la
incorporación de medidas de cooperación al desarrollo en el plan sobre
inmigración que tratarán los gobiernos comunitarios en la cumbre que se
celebrará en junio en Sevilla. Chaves señaló que se ha avanzado en la libre
circulación de mercancías y, sin embargo, 'todavía no se ha encontrado una
regulación adecuada para la libre circulación de personas'. Durante la
inauguración del encuentro internacional, que se celebra por iniciativa de la
conferencia euromediterránea de ministros de Asuntos Exteriores, el presidente
andaluz defendió la incorporación de medidas de cooperación al desarrollo como
un pilar básico del plan para regular la inmigración que debatirá la Unión
Europea en su próxima cita en Sevilla. Aunque sólo se refirió sucintamente a la
propuesta sobre inmigración que se debatirá en el Consejo de Europa, enfocada
sobre todo a reforzar las fronteras para combatir el tráfico clandestino,
Chaves alertó sobre el riesgo de diseñar medidas que sólo incluyan esa visión
parcial sobre el fenómeno migratorio. 'Creo que no daremos la respuesta
adecuada si el plan no va acompañado de otro que manifieste la voluntad de
llevar a cabo políticas de cooperación al desarrollo', dijo. Cualquier plan de
actuación que no incorpore esta doble perspectiva entraña el riesgo de alentar
fundamentalismos que, matizó, 'no son exclusivos de ninguna cultura'.Chaves
reconoció que la inmigración necesita una regulación, pero en su discurso hizo
más hincapié en las medidas de cooperación que en las actuaciones policiales.
En concreto pidió a la Unión Europea que lleve a cabo 'políticas de desarrollo
sostenible' para favorecer la fijación de la población en los países donde se
originan los grandes flujos inmigratorios, cuyas raíces situó en 'la
superpoblación y la pobreza'. Por su parte, el príncipe Hassan Bin Talal de
Jordania reclamó la libre circulación de los inmigrantes y lamentó que la
tolerancia no sea un valor en alza en Europa en la actualidad. Después de
apelar a la importancia de la educación y la formación, el príncipe jordano
planteó la posibilidad de alcanzar un acuerdo concreto en el encuentro que
culminará hoy en Sevilla como la creación de una Escuela de Humanidades del
Mediterráneo. El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Miquel Nadal,
coincidió con el presidente andaluz en la apuesta por el desarrollo de los
países de origen como uno de los puntales de cualquier política inmigratoria.
Nadal, sin embargo, no cree que la cooperación sea la piedra angular sobre la
que debe descansar: 'El desarrollo debe venir por la integración económica y
comercial'. Nadal defendió la apertura 'generosa' de los mercados de la Unión
Europea a los productos del Mediterráneo. 'Cuanto más abramos nuestros mercados
mejor ordenaremos los flujos migratorios', indicó. El presidente andaluz se
refirió también al debate sobre la multiculturalidad, espoleado sobre todo tras
los acontecimientos del 11-S, para lamentar que se aborde más desde el
'rechazo' y el 'choque entre civilizaciones' que desde la óptica del
'enriquecimiento' cultural. No obstante, abogó por hacer esfuerzos para
'laicizar nuestras vidas' y dar a la religión 'el papel que debe tener'. Sobre
la estrecha vinculación entre religión y política en el mundo árabe habló la
diputada socialista Carmen Romero, que reclamó 'más voces contra la lapidación
de mujeres' procedentes del mundo islámico. Romero recordó la última condena a
morir lapidada dictada por un tribunal en Nigeria contra Amina Lawal, que se
suma al caso de Safiya, cuya condena fue revisada gracias a la presión
internacional.